Dentro de mi modesta colección de libros dedicados al cine, ocupan un lugar destacado, por lo maravillosamente bien que lo pasé leyéndolos, tres libros escritos por D. José Luis Garci y editados por Nickel Odeon: "Morir de Cine", "Beber de Cine" y Querer de cine.
El segundo de ellos, publicado en 1996 y reeditado en 1997, hace un repaso de los cocktails más famosos (dry-martini, bloody mary, daikiri, margarita, etc.), enlazándolos con personajes y escenas cinematográficos.
Una de las "joyas" que contiene este libro "Beber de cine" es el prólogo, escrito por D. Manuel Alcántara. De este prólogo he rescatado varias frases sencillamente geniales:
“Al buen bebedor se le debe estar vedado disminuir sus facultades mentales, aunque sean presuntas, pero tiene que acercarse a esa frontera en la que el paisaje se ve a otra luz”.
“Cuando algún amigo me dice que le sentaron mal las copas, nunca le pregunto cuántas fueron, sino con quien las tomó”.
“Si el cine es el séptimo arte, beber puede ser el octavo”.
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